sábado, 3 de julio de 2010

LA BUENA BATALLA DE LA FE

LA BUENA BATALLA DE LA FE
Por Joel Gallardo jgallardo1966@hotmail.com


1Co 14:8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
Léase Ezequiel 3:16-21; Ezequiel 33:1-7 (al pueblo de Israel y al impío extranjero)

Introducción
Vivimos tiempos difíciles, donde enfrentamos situaciones que socavan las bases del cristianismo, somos ovejas entre lobos. Es necesario estar preparado para la batalla, y dar la buena batalla de la fe, como Pablo le encarga a Timoteo. 1Ti 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado…

Cuando tu fuiste incrustado en el cuerpo de Cristo, el día en que naciste de nuevo, cuando te arrepentiste de tus pecados, y ofrendaste tu vida a Jesús, no fuiste hecho parte de una institución temporal y terrestre, sino que fuiste unido a la compañía de multitud de hombres y mujeres con vida en el espíritu, llenos de gracia y de fe, que forman un ejercito armado y en constante lucha, no contra personas, sino contra huestes de maldad en las regiones celestes.

En todas las épocas, la iglesia se ha enfrentado a una lucha constante, contra el mundo, el demonio y la carne, a quienes se identifica como los tres grandes enemigos del creyente. Su propósito final, es que el cristiano no crezca, se debilite en su vida espiritual y finalmente abandone el camino de salvación. Cada uno de estos enemigos, utiliza estrategias y formas de lucha diferentes, para lograr sus objetivos. En ocasiones, es directo, pero en otras es sutil y solapado, lo que hace difícil su detección, a veces solo logramos ver sus desastrosos efectos.

Muchos han pasado por estas sillas, han compartido con nosotros, se emocionaron a nuestro lado, levantaron sus manos junto a las nuestras y hasta lloraron también mientras cantábamos. Pero no perseveraron, no crecieron y su corazón permaneció sin fruto. Hoy, sus lugares están vacíos o están ocupados por otros, pero ellos están lejos. Algunos metidos en un estadio, con la cara pintada, usando la camiseta de un club deportivo que es o se cree el mejor, pero que de Cristo no tiene nada. Otros, han corrido tras un ídolo naciente que le ha dado un nuevo vigor a la música de moda, y a esta hora están saltando al ritmo de quien sabe que melodía… pero que de Cristo no tiene nada. Otros, han preferido la comodidad de su casa, y bien instalados frente al televisor disfrutan de un programa… que de Cristo, no tiene nada.

Peor aún que lo anterior, es que otros cuantos que tampoco están hoy con nosotros, se han unido a sectas como los mormones, testigos de Jehová o cuanto apóstol o movimiento herético moderno haya deslumbrado sus ojos y fascinado sus oídos con sus palabras. Siguiendo doctrinas de prosperidad, súper fe, confesión positiva y tantas otras más que como una enfermedad que infecta un organismo, se difunden día a día y se propagan en medio de la Santa Iglesia de Cristo. Olvidando, que ya desde hace mucho tiempo el Espíritu Santo nos advierte que si aún un ángel de luz trae otro evangelio, sea anatema… ¡como es posible que adultos y jóvenes que conocieron entre nosotros la Palabra de Vida hoy resulten tan ajenos a la verdad que un día les fue revelada! Y todavía mas preocupante que esto, es pensar que si no hay un quiebre definitivo en esta tendencia, muchos de ustedes, seguirán también la misma suerte, y después de algunos años solo recordaran que pasaron un momento “rico buena onda” en medio de quienes forman esta iglesia.

Hoy, el mundo, el demonio y la carne, confabulados en contra de la Iglesia, buscan por diferentes medios frenar el crecimiento de la iglesia en general y del creyente en particular. Por eso, es necesario escuchar el sonido claro de la trompeta y apercibirse para la batalla. El pulpito no puede, y tampoco debe callar. El pueblo creyente, debe ser apercibido para dar la buena batalla de la fe, y tomar la espada en su mano, para que ya no la deje nunca más.

A continuación, consideraremos algunas de las modernas formas en que la iglesia es solapadamente atacada:

1 Evangelio de la Conformidad
Los cristianos confesantes se relajan, no se comprometen, los valores cristianos se relativizan, y la ética y la moral se permeabilizan.

Muchos nos preguntamos ¿Cómo es posible que la iglesia de la edad media se haya extraviado tanto del camino marcado por la iglesia primitiva? ¿Cómo es posible que la iglesia post-reforma se haya enfriado tanto que perdió su vigor? El hecho, es que de pronto el fuego que ardía en los corazones de una generación, no pasó a la otra. Hoy también vivimos esos tiempos peligrosos, y nuestra vida en el evangelio a perdido la profundidad y la pureza que necesita, y así como en otros tiempos de la historia el engaño de la religiosidad y el ritualismo, hizo estragos en el seno de la iglesia, también hoy el cristianismo conformista, ligero, liviano, intenta cautivarnos, susurrando a nuestros oídos que no importa, que no es necesaria una mayor consagración a Dios, que el mira solo el corazón, que no importa lo que hagamos o como vivamos, si nuestro corazón esta tranquilo cada domingo en la iglesia, como si con ello llenáramos nuestra cuota semanal de cristianismo y nada mas nos fuera necesario. Este evangelio simplista, se esfuerza por hacernos creer que estamos bien, que nuestra forma de vivir es suficiente, que no es necesaria tanta oración, tanta vigilia, tanto estudio, tanto ayuno, tanta búsqueda de Dios, que Dios conoce nuestras capacidades, y que por eso bien conoce que no podemos servirle mejor, pero este es un evangelio mentiroso, un seudo evangelio.

Lo único que persigue este seudo evangelio de la conformidad, es adormecer nuestro espíritu, para que no percibamos cuando nuestra vida se esta alejando de Dios y nuestros pensamientos dejan de estar cautivos y sujetos a la voluntad de Cristo, para comenzar hacer solo la nuestra. Este seudo-evangelio, intenta convencernos que con todo lo que hacemos y como vivimos es suficiente, que no podemos hacer más. Mientras el Espíritu Santo, grita y proclama las palabras de Jesús Juan 14:12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Es el tiempo, de tomar la espada en nuestras manos, y comenzar a luchar con nuestras armas espirituales, para volver a las raíces de nuestra vida cristiana, y a la pureza santa del evangelio. A identificarnos con Cristo y reconocerle como Señor de nuestras vidas y que somos discípulos suyos, que EL es la vid y nosotros solo los pámpanos, que separados de él nada podemos hacer. Es necesario asumir, que lo que para el mundo puede ser locura, para el creyente es poder y sabiduría de Dios, 1Co 1:18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Es el tiempo de reconocer nuestra identidad como cuerpo de Cristo, y dejar de procurar parecernos cada vez mas al mundo, Pablo nos exhorta Rom 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Nuestra búsqueda constante, debe ser que sea la imagen de Cristo plenamente formada en nuestras vidas, Col 3:10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. No podemos convivir con nuestras antiguas debilidades, de la vida vieja, no debemos conformarnos ante nuestra debilidad, sino buscar el crecimiento espiritual en todo aspecto de nuestra vida. Si al mundo no le gusta esta búsqueda, y lo tildan de santurrón o con otro apelativo, no se preocupe, porque si le hubieran conocido a él, a nosotros también nos conocerían, Juan 15:19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Hemos sido enviados como ovejas en medio de lobos.

2 Perdida de santidad y búsqueda de Dios
Como consecuencia de la obra del conformismo, desaparece la búsqueda de una vida pura, la lectura de la Biblia y el estudio de sus doctrinas se retraen y muchos creyentes caen en un estado de letargo.

Santidad, implica apartar, limpiar y dedicar a Dios. La voluntad de Dios, es que seamos apartados, limpios y dedicados a él. 1Tes 4:3 y 7 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación… Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

Amados, es el tiempo de tomar la espada, y luchar contra la falta de santidad y búsqueda de Dios en nuestras vidas. Con la excusa de que Dios solo quiere el corazón, pretendemos darnos licencias especiales y permitirnos ciertas cosas ajenas a la voluntad de Dios, pretendiendo olvidar que todo nuestro ser es templo del Espíritu Santo de Dios y que EL nos anhela celosamente. Todo cambio en lo secreto del corazón se manifiesta en lo exterior, porque de la abundancia del corazón sale por la boca, no podemos vivir diciendo que somos creyentes y comportarnos como incrédulos Lucas 16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro...

Nuestra vida, debe ser un ejemplo de santidad y de pureza, no debemos conformarnos a convivir con nuestras debilidades, justificándonos a nosotros mismos, como buscando refugio en nuestros razonamientos excusándonos en lugar de arrepentirnos ante Dios, y pedir perdón y auxilio. 2Cor 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Nuestros pensamientos y nuestra forma de entender las cosas deben ser sujetas a la voluntad y a la gracia del Señor. La vida del creyente debe ser un continuo de crecimiento hacia la santidad, al alejamiento de las costumbres mundanales, y las formas de vivir de aquellos que no conocen a Dios, no debe haber en nuestra vida pensamientos carnales, miradas impropias, palabras vulgares, envidias, rencillas, odiosidades, cosas de las cuales nuestra vida antigua estaba llena, mas ahora en Cristo de todas ellas hemos sido librados, para caminar en novedad de vida. Rom. 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Los principios cristianos, no son los mismos principios que rigen la vida del mundo. El mundo miente, engaña, falta a su palabra, roba sin que su conciencia sufra nada, pero el cristiano no puede conducirse de esa forma. Eso es tibieza, y al tibio el Señor lo vomitara de su boca. Efe 4:20-25 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo… En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo… Hoy el mundo quiere alinearnos con su forma de vida, pretende que aceptemos como normal y conveniente el divorcio, la homosexualidad, la fornicación, la infidelidad matrimonial, el aborto. Nos pone modelos de amor contrarios a la palabra de Dios, le quiere enseñar a nuestros hijos todas estas cosas y no podemos permanecer impávidos a ello, Isa 5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

Cuando nos mostramos diferentes, cuando vivimos nuestros valores cristianos, el mundo podrá tildarnos de extemporáneos, que no vamos con los tiempos actuales, que nuestro comportamiento es intolerante, que nuestra mente es obcecada, pero creyente debe entender que a santidad a sido llamado 2Cor 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Nuestra búsqueda de Dios debe ser una constante en nuestras vidas, así como el amado anhela la presencia de su amada, así debemos también amar la presencia de Dios en nuestras vidas. Procurar una cada vez mas estrecha relación con Dios se transforma en un hecho fundamental en la vida del creyente, solo así hay revelación de la profundidad de Dios. Si antes de conocer al Señor vivíamos presos en estas cosas, ya no podemos continuar de la misma forma. Como creyentes, debemos buscar una vida de pureza y de santidad como conviene a hijos obedientes, retomando el amor por el estudio de su Palabra, y buscar sed llenos de su gracia. 1Ped 1:14 - 16 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Sin embargo, el ser humano no tiene capacidad propia para santificarse así mismo. Su condición pecaminosa lo inhabilita para cumplir con los requisitos divinos. Pero ahí esta Dios, presente, por medio del Espíritu Santo para ayudarnos en este proceso de santificación en nuestra vida. 1Tes 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. La santificación del creyente proviene de guardar la Palabra de Dios, por eso Jesús oró diciendo: Juan 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

3 Falta de arrepentimiento real
Una vida conformista y carente de santidad, hace que quienes se acercan a Dios, finalmente aprendan conductas y modales, que cambien por fuera, pero su corazón sigue siendo el mismo. El evangelio de la cruz, se transforma en un evangelio de marketing, donde solo se venden de soluciones.

Otra estrategia recurrente en estos tiempos, es falta de arrepentimiento sincero, muchos de quienes llegan y de quienes están en nuestras congregaciones no entienden que deben arrepentirse y nunca lo hacen. Tampoco lo enseñamos, les hablamos de un Dios que soluciona problemas, que abre puertas de trabajo, que hace milagros y sana enfermedades, pero poco les hablamos de la necesidad de arrepentirse de sus pecados, de confesarlos a Dios y de renunciar a su vida pasada, ajena a la vida de Dios.

Les enseñamos a comportarse como cristianos, a conocer nuestras normas de conducta, nuestras formas de hablar, de vestir, pero nos olvidamos que el primer paso para cambiar de vida y caminar en vida nueva, es arrepentirse de sus pecados. Muchos de quienes se unen a nosotros, nunca se arrepienten verdaderamente, solo cambian por fuera, pero su corazón, sigue siendo el mismo sitio vacío que antes. Nunca echan raíces profundas, son como la semilla que cayo sobre pedregales y espinos Luc 8:13-14 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

Es tiempo de tomar la espada, y traer arrepentimiento a nuestras vidas, y con la gracia de Dios, guiar a los que buscan a Dios a tener ese profundo y verdadero arrepentimiento en sus vidas. Debemos alzar la voz, y mostrar que para tener vida nueva, es necesario nacer de nuevo, como el propio Señor lo dijo a Nicodemo. Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. El arrepentimiento sincero, no es una decisión de elección personal, es una necesidad urgente, de ello depende la eternidad, no se puede entrar en el Reino de Dios, sin que antes haya existido arrepentimiento, no se puede nacer de nuevo si antes no ha muerto lo viejo.

4 Orgullo
Los logros personales, los bienes materiales y los logros intelectuales comienzan usurpar el corazón de los creyentes, se posterga la sencillez, se forman grupos de elite. La gratitud hacia Dios pierde terreno o desaparece por completo. El egocentrismo y la autosuficiencia dominan el corazón.

Cosas tan simples como dar gracias a Dios por los alimentos, comienzan poco a desaparecer, pequeños detalles, casi sin importancia van denotando que la autosuficiencia ha comenzado a dominar el corazón. La Real Academia Española de la Lengua, da significado a la palabra orgullo de la siguiente manera: Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.

Cuan arrogantes podemos llegar a ser en nuestra vida, al considerarnos mejores que los demás, vanamente hinchados en nuestra propia mente creyendo ser los mejores enseñadores, ser los mejores cantantes, ser lo de mas oración, pensamientos que poco a poco, sigilosamente comienzan a llenar el corazón de un modo imperceptible, por eso Pablo nos exhorta Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Que fácil es considerarnos mejores que los demás, y así poco a poco seda lugar para que el orgullo gane espacio en nuestra vida. Isa 65:5 que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día.

Por eso, es el tiempo de tomar la espada, y luchar contra el orgullo del yo personal, contra el afán de reconocimiento propio y ceder nuestro lugar a Dios, el es quien merece toda honra, toda gloria y toda la alabanza. Nosotros somos solo servidores suyos, quienes cuando hayamos hecho todo lo que debíamos hacer, debemos decirnos a nosotros mismos, siervos inútiles somos, pues solo lo que debíamos hacer hemos hecho, Luc 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Este afán de reconocimiento, de ser reconocidos en nuestro status, hace hoy por hoy que el Espíritu Santo se aparte de nosotros, el afán de querer destacar nuestras propias capacidades nos hace empobrecer nuestro servicio, y profesando ser sabios nos hacemos necios. Este sentimiento de orgullo, nos hace servir no por amor a Dios, sino por amor a nosotros mismos, ¿Por qué servimos en la iglesia? Para que se nos agradezca? Para que se reconozca nuestra habilidad? O lo hacemos sin más motivación que el amor a Dios? 1Cor 13:1-3 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. Si nuestro servicio a Dios tiene una doble intención y se sustenta en propósitos personales, es orgullo propio, y no amor. No sirve de nada.

Es nuestro orgullo, el que nos susurra al oído haciéndonos creer que somos mejores cristianos que el esta a nuestro lado, que el pastor debiera agradecer que asistimos a la iglesia, que debiera reconocerse nuestro esfuerzo y nuestra generosa ofrenda. Es nuestro orgullo personal, el que nos quiere hacer creer que todo lo que hacemos nos hace merecedores de la bendición de Dios, y que todo lo que somos y tenemos lo merecemos por ser buenos cristianos. Como si nuestras justicias pudieran granjearse la bondad de Dios. Israel, fue advertido para que no enorgulleciera Deut 8:11-17 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios… no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites… y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios… y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

El orgullo, hace que ya no le reconozcamos a EL como nuestro proveedor y ayudador. Con que facilidad nuestro orgullo nos hace olvidar que somos absolutamente dependientes de Dios y que si el puso de su gloria en estos vasos de barro es solo para que la excelencia del poder sea de Dios y no de los hombres. 2Cor 4:7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros…

5 Emocionalidad
La conformidad, la carencia de santidad, la ausencia de arrepentimiento y el orgullo personal, ha llevado a buscar placebos que reemplazan la experiencia real. Se busca lo superficial, el sentimiento a flor de piel, la simple emoción reemplaza la experiencia mas profunda de la fe, no hay paciencia para esperar, todo debe ser inmediato. Falsos maestros, que viendo la necesidad del corazón vacío, manipulan las necesidades y sentimientos de las personas.

Es el tiempo de tomar la espada, y darnos cuenta que la emoción no es suficiente garantía de victoria, la emoción es un hecho superficial que se confunde con las marcas indelebles de la obra del Espíritu Santo, puede ser un hecho parecido externamente, pero incuestionablemente, no es lo mismo. La emoción, es un sentimiento propio del ser humano, puede ponernos los pelos de punta, hacernos brillar de alegría y hasta hacernos llorar de vez en cuando, pero si alguien alguna vez le dijo que eso era suficiente garantía de una vida en victoria, le mintió. La emoción, no tiene valor alguno contra los apetitos de la carne.

Muchos engañadores juegan con la emocionalidad de almas necesitadas, que buscan un refugio en medio de sus aflicciones y que siguen sin cambios en su vida. Sin que su corazón encuentre paz. Es tiempo de tomar la espada y pelear la buena batalla de la fe.

Pero en esta batalla, no estamos solos. Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Espíritu Santo
Se necesita su presencia en la iglesia de hoy. Necesitamos de su fuego que consuma los razonamientos humanos, que sople como viento recio, y haga volar lejos de nuestras vidas todas las cosas nos apartan de Dios.

Hch 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Más allá de la superficialidad de la emoción, esta la obra del Espíritu Santo que remece no solo el cuerpo físico, no solo nos hace temblar y llorar, sino que va aun más allá de nuestras emociones, para transformar las más profundas convicciones de una persona. La obra del Espíritu Santo, transforma de modo permanente los principios que rigen la vida de una persona, desaloja los pensamientos ajenos a la voluntad de Dios y las palabras y obras que apartan de los principios puros y santos de la Palabra de Dios. La presencia del Espíritu Santo genera cambios desde adentro, de lo más íntimo del corazón, y esto es lo único que genuinamente garantiza un crecimiento espiritual sano y duradero.

Es la obra del Espíritu Santo y no los apremios lo que hace al hijo reconciliarse con sus padres, para dejar las drogas y los vicios para vivir una vida ordenada y llena de pureza. Es la obra del Espíritu Santo y no la emoción, la que pone amor en los matrimonios que están lanzándose día a día palabras hirientes junto a platos y tasas por la cabeza. Es la obra del Espíritu Santo y no otra, la que ordena definitivamente los matrimonios “de a tres” poniendo fidelidad en corazón de los cónyuges que un día prometieron a Dios guardarse puros. Es la obra del Espíritu Santo la que sacara al borracho de la vereda para hacerle un pregonador de las buenas nuevas. Es la obra del Espíritu Santo la que permitirá que tu vida sea cimentada sobre la roca y venga lo que venga puedas permanecer fiel a Dios guardando su palabra. Por eso, hoy más que nunca, es tiempo de tomar la espada y dar la buena batalla de la fe.

Ejemplo tenemos, en aquellos tantos que antes, lucharon al igual que hoy lo hacemos nosotros, y que llegaron al final de su carrera en una vida victoriosa. Pablo, cuando llega al final de su vida termina su expresión indicando 2Tim 4:6-8 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Quiera Dios, que al final de nuestra carrera, nosotros podamos decir también lo mismo.



Originalmente preparado para el retiro de la Fraternidad de Varones a la Vanguardia, Villa Alemana.

martes, 16 de febrero de 2010

Jetro, o cuando la inteligencia no es suficiente...

Éxodo 18:17 “Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces”

Se cuenta que Agustín, obispo de Hipona, caminaba una tarde de verano por una playa del mediterráneo, abstraído en sus pensamientos, procurando entender la grandeza sublime de Dios. Su aspiración, era comprender la esencia de su existencia. Mientras caminaba, se percato que un niño pequeño corría hacia la orilla del mar para llenar su balde de agua, una vez lleno, corría hacia la playa y sin derramarlo, volvía nuevamente a llenarlo entre las olas. Mientras Agustín observaba sin entender, el niño le pidió ayuda, ¡quería echar todo el mar en su balde y llevárselo a su casa! pese a esforzarse, Agustín no lograba que el pequeño entendiera que el mar era demasiado grande para la pequeñez de su balde de madera, era imposible que algo tan pequeño pudiera contener la inmensidad tan grande del océano… cuando intentaba que el niño comprendiera esto, se percato que era Dios, quien le estaba tratando de explicar a él que su grandeza era demasiada, para ser entendida plenamente por su limitada mente humana.

Puede resultarnos casi ofensivo, que siendo personas tan inteligentes como lo somos, debamos resignarnos a reconocer que nuestras capacidades son limitadas, sujetas al tiempo y al espacio que Dios ha puesto a nuestro alrededor y en medio del cual nos encontramos inmersos. Por mucho que haya voces que pretenden hacernos creer lo contrario, no podemos escapar de los limites que nos han sido puestos.

Sin la revelación y la guía de Dios por medio del Espíritu Santo, somos incapaces de pensar y actuar en su plena voluntad, por nuestra propia capacidad no podemos caminar en el propósito pleno de Dios.

En el pasaje de Éxodo 18 encontramos a Jetro, suegro de Moisés, cuyo nombre significa “excelencia” y a quien también se le conoce como Reuel o Reguel, que significa “amigo de dios” razón por lo cual se le identifica como sacerdote de Madian. En sus tierras trabajó Moisés por 40 años cuidando sus ovejas. El Pentateuco, no indica los dioses de Jetro ni su forma de culto, por esto, algunos escritores parecen ver en la expresión “sacerdote” un sinónimo de líder del pueblo que habitaba en Madian, mas que una expresión de religiosidad. Sin embargo, es muy probable que haya servido al culto de dioses madianitas, conocidos posteriormente como baales, cuyo culto esta basado principalmente en ídolos.

En el tercer mes, después de iniciado el éxodo, Jetro, vino al encuentro de Moisés en el desierto, encontrándose con el después de la batalla contra los amalecitas. Aquí, Jetro reconoce la supremacía de Jehová, diciendo: “Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.” Éxodo 18:11 En esta ocasión, también ofreció sacrificios a Jehová, pero debemos notar que reconoció que Jehová era mas grande que todos los dioses, pero no que era el único Dios.

Debido a la posición de liderazgo en su nación, constantemente estaba sujeto a tomar decisiones, cargaba sobre sus hombros con la costumbre de analizar situaciones o como hoy diríamos en la jerga técnica de Desarrollar Procesos de Gestión Social Eficientes. Esto, lo llevo a analizar el proceder de Moisés al momento de juzgar los asuntos que el pueblo traía ante su presencia. Al respecto, señalo “…No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.” Éxodo 18:17-18 Esta afirmación responde al excesivo tiempo que Moisés paso durante el día juzgando los asuntos del pueblo, todos dependían de el y solo recurrían a su juicio ante cualquier disputa. No existían suplencias, ni colaboradores empoderados en este quehacer.

Del análisis realizado en la observación de un día de trabajo, rápidamente Jetro concluye que esta forma de ejercer el liderazgo y el gobierno, no es sustentable en el tiempo, ¿que pasaría cuando el pueblo se multiplicara y creciera como Dios lo había señalado? ¿Cómo se enfrentaría la ausencia de Moisés? ¿Se dedicaría Moisés solo a juzgar los asuntos entre el pueblo? Moisés no podía atenderlos a todos en forma simultánea, ¿no generaría esto un sentimiento de falta de justicia en el pueblo? Y tal vez lo mas complejo ¿Cómo podría sobrellevar Moisés la enseñanza legal y religiosa de todo Israel? Jetro, era un hombre con experiencia y buen razonamiento, se dio cuenta que físicamente tampoco seria posible que Moisés soportara ese ritmo de trabajo diario frente al pueblo, su salud se deterioraría rápidamente y desfallecería. La situación que se observada no era sostenible en el tiempo.

El consejo de Jetro fue: “Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo” Éxodo 18:19-22 En este ultimo versículo vemos el objetivo familiar del consejo de Jetro, aliviar la carga que había sobre los hombros de Moisés y dividirla entre sus colaboradores.

Si nosotros analizamos el consejo de Jetro, no podríamos estar en desacuerdo, nos parece lógico y acertado, en especial, dadas las circunstancias que vivía Moisés. Su análisis era acertado, y obedecía a la aplicación de leyes naturales por todos observadas. Pero debemos recordar que hay cosas que parecen fruto de mentes inteligentes y buenas, pero solo son eso, el fruto de análisis hechos por la razón humana y su limitada capacidad de entendimiento, aplicar la inteligencia natural a hechos espirituales es como el esfuerzo del niño por llevar todo el inmenso mar en un pequeño balde. Al parecer, el consejo era apropiado, pero insuficiente.

El suegro de Moisés, era un hombre astuto y conocedor de las cosas humanas, pero no conocía al pueblo de Israel, no era Judío, y por lo tanto su consejo carecía del conocimiento de Dios, el conocimiento humano no esta a la altura del conocimiento sublime de Dios. “Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.” 1ª Corintios 3:19

El análisis racional de Jetro es correcto, su planteamiento es apropiado, el problema descrito es un problema real, pero su conclusión es errada, porque todos los problemas que afectan al pueblo de Dios, se deben entender, desde una perspectiva espiritual “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1ª Corintios 2:14

Jetro, carecía de la investidura espiritual para discernir la problemática del pueblo de Dios, era el sacerdote de Madian, pero no siervo del Dios Altísimo, su experiencia de gobierno y formas de organización tribal no eran aplicables a la vida espiritual y propósito de Dios para Moisés y su pueblo. Del mismo modo, las normas que se aplican en las instituciones humanas no son validas para regular eventos de carácter espiritual, por esto, la iglesia y la vida del creyente, no puede sujetar la resolución de sus problemas recurriendo al conocimiento que entregan colegios y universidades, ni tampoco a la experiencia ganada en sus quehaceres propios, o las normas que se aplican en las empresas o instituciones seculares, por muy honorables que estas sean y por muy razonables que nos parezcan, son humanas, y los resultados no pueden ser diferentes a los humanos. Por esto Pablo, desestima su formación previa como valida para eventos espirituales, diciendo: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” Filipenses 3.7-8. La inteligencia natural del hombre tiene su ámbito de acción en lo que actividad del hombre se refiere, pero en la vida del Espíritu y el desarrollo del pueblo de Dios, Su Iglesia, no tiene mayor ingerencia. Para esta tarea, se requiere la intervención de quienes no actúan guiados por su propio juicio y sus razonamientos, sino que se dejan guiar por el Espíritu Santo. De lo contrario, su análisis y posterior juicio será meramente natural y su efecto fuera de la vida del espíritu.

Escuchando voces inteligentes y expertas en desarrollo de organizaciones, o en conducta humana, muchos cristianos se han apartado de la verdadera guía del Espíritu Santo, siguiendo formas y sistemas que parecen ser los más apropiados y razonables. Sistemas, que al simple análisis parecen responder a las necesidades de la iglesia y sus formas de gobierno, o las necesidades del creyente en forma individual y de sus familias, pero que son consejos incompletos, solo contienen parte de la situación, la natural o humana, pero carecen de la más importante y excelente, la visión de Dios.

Hoy, podemos escuchar en los medios cristianos hablar de ciertos estilos de liderazgo y de administración, basados en modelos que han sido exitosos en los medios empresariales, concebidos para el desarrollo de la industria, pero no para la iglesia. Se ha pretendido crear escuelas de emprendedores al interior de las congregaciones, y los liderazgos, asumen un estilo gerencial trabajando por objetivos y metas siempre cuantificables, pero de búsqueda de Dios, poco o nada. No obstante, los modelos bíblicos, son diferentes, donde las leyes de la física y las matemáticas son superadas y Dios expande las fronteras de lo natural, más allá de lo que nuestros ojos pueden percibir, nuestras manos tocar y nuestra razón entender, por esto, Dios nos muestra una forma mucho más excelente de proceder.

Recuerdan cual era el propósito del consejo de Jetro, “…Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.” Éxodo 18:22 No obstante, como observaremos mas adelante, este objetivo no se cumplió, porque el consejo no fue completo. Leemos en Números 11, que poco tiempo después de continuar su peregrinación alejándose del monte Sinaí hacia el desierto de Paran, en el segundo año después de su salida de Egipto, el pueblo y los extranjeros que se le habían unido sintieron un gran deseo de comer carne y disfrutar del pescado que tenían en Egipto, cansados de la provisión de alimento de Dios, menospreciaron el maná.

Así, se ponían a la puerta de su tienda y lloraban pidiendo a Moisés carne para comer, la presión sobre él fue tal que llegó a decir “¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía.” Números 11:12-14 ¡Moisés se encuentra solo! ¿Donde están los que le ayudarían, según Jetro, a llevar la carga del pueblo? Los líderes no pudieron contener sus reclamos y la disconformidad con que presionaron a Moisés. En todo el periodo del éxodo, no encontramos un momento de mayor frustración de Moisés, frustración que lo lleva a altercar con Dios y aponer en duda su capacidad y su palabra. El consejo de Jetro, y su análisis situacional no fueron suficientes, ¿Qué falto?... algo que Jetro no podía tener, la investidura, la gracia y la autoridad espiritual que solo llevan los siervos del Dios Altísimo.

Dios, marca la diferencia y ofrece a Moisés la oportunidad de rodearse de verdaderos colaboradores, no según la sabiduría humana, sino espiritual, según Dios. Para esto, le pide que reúna 70 varones en el tabernáculo, y le dice “Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.” Números 11:17 Dios, señala aquí algo diferente y superior al consejo de Jetro, no era suficiente con ser sabios, diligentes, aborrecedores de la avaricia, y todas aquellas buenas cualidades que menciono Jetro, sino mayormente que Dios tomaría del espíritu que estaba en Moisés (Espíritu Santo) y lo pondría en estos varones, solo entonces podrían llevar junto a Moisés la carga del pueblo.

Esa, se constituía en la gran diferencia, la competencia provendría no de sus humanas cualidades, sino de la obra que el Espíritu Santo operaria en aquellos escogidos para ser sus colaboradores. Y así, fue como Dios les impartió de su Espíritu y profetizaron “Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron. Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento” Números 11:25-26 Como señal que el Espíritu poso sobre ellos, profetizaron, de esta forma Dios daba una señal visible que indicaba que EL los estaba capacitando de modo extraordinario para una obra extraordinaria. Años mas tarde, Pablo recomienda a la iglesia “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis” 1ª Corintios 14:1 la profecía indicaba la presencia de Palabra del Señor en medio del pueblo, solo su palabra trae luz, guía, consejo, pureza, conocimiento, fortaleza y esperanza. Solo después de esto, estuvieron capacitados para la obra a que habían sido llamados.

En los próximos 38 años de peregrinaje, acompañaron a Moisés, el pueblo se multiplico como Dios lo había anunciado, y pese enfrentar procesos dolorosos y difíciles, no encontramos otra oportunidad en que se declare solo y dude del poder del brazo de Jehová.

En el nuevo testamento, un requisito básico y prioritario, para quienes debían acompañar a los apóstoles en su labor de inicio de la iglesia, fue que junto a sus necesarias capacidades personales de buen testimonio, fueran especialmente llenos del Espíritu Santo: “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo” Hechos 6:3 el creyente debe procurar ser útil en las manos del Señor provisto de los mejores dones para “construir” y “edificar” las diferentes áreas del pueblo de Dios, Pablo lo indica “Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia” 1ª Corintios 14:12. Pero si hay algo que se debe tener meridianamente claro es que de nosotros mismos, nada podemos hacer. Nuestras fuerzas y nuestras capacidades solo son validas para las cosas de esta tierra, necesitamos ser capacitados desde lo alto con una investidura que sea muy superior a la meramente humana, Pablo, lo resume diciendo “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” 2ª Corintios 3:5

Hermano, ¿enfrentaras la tarea a la que has sido llamado con tus capacidades humanas, sostenido en la experiencia secular o en tu formación profesional? De todo corazón espero que no, sino que dispongas tu vida plena en las manos del Señor para que EL haga en ti su obra maravillosa.

La única forma de dejarse guiar y capacitar por el Espíritu de Dios, es despojándose del orgullo, la inteligencia propia, de las ideas personales y de los prejuicios adquiridos con el paso del tiempo, se debe renunciar a la voluntad del yo personal para someter todo pensamiento a la voluntad de Dios y así dejar que el Espíritu del Señor obre en nuestras vidas “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10:5

¿Estarás dispuesto a renunciar a tu voluntad personal sometiéndola a la de Cristo?

lunes, 11 de enero de 2010

INICIOS EVANGELICOS EN CHILE

INICIOS EVANGELICOS EN CHILE,
Y LA INFLUENCIA DE CANUT DE BON
Para Varones a la Vanguardia, Asambleas de Dios – Villa Alemana
Por Joel Gallardo P.


“de los cuales el mundo no era digno…” Hebreos 11:38


Introducción

El propósito de este muy breve resumen, es presentar al lector una breve descripción de cómo comenzó a manifestarse la presencia evangélica en Chile, mostrando los hitos y participantes mas destacados, y cuyos hechos y nombres han llegado hasta nuestros días. Confieso, que existieron otros creyentes anónimos, cuyos nombres han sido negados a nuestro conocimiento. Estoy seguro, que quien dejo a propósito o extravió sin querer un nuevo testamento en la estación de trenes de Quillota por 1877, nunca supo cual seria el efecto de su lectura, menos aún, quien seria su lector y como este sería utilizado en las manos de Dios.

Los primeros evangélicos en llegar a Sudamérica fueron los hugonotes franceses en 1555, pero fueron exterminados cinco años mas tarde, por los soldados portugueses, por considerarlos creyentes luteranos. No fue hasta iniciados los procesos de independencia de las colonias, que comienzan a hacer notar su presencia mas continua creyentes Estadounidenses y Europeos, que son los primeros en traer la palabra a nuestras tierras, principalmente por razones comerciales o contratados como asesores de los nacientes gobiernos independientes. En esta época, parecen en nuestras tierras los “colportores” de las incipientes sociedades bíblicas (muy diferentes a como las conocemos hoy) quienes jugaran en la primera mitad del siglo 19 un importantísimo papel, aún a costa de su vida, con su incansable trabajo de distribución de las escrituras.

Espero que la consideración de estas vidas ejemplares de quienes fueron nuestras primeras raíces sirva de inspiración espiritual para cada uno de nosotros.

Comienzos

Los primeros acercamientos en la patria vieja, nos muestran el trabajo de Joel Roberts Poinsett, primer Cónsul Norteamericano en la vida independiente de Chile, era Presbiteriano y miembro de la Iglesia en la ciudad de Baltimore. Desde 1812 Poinsett fue amigo y consejero personal de José Miguel Carrera, cuando este fue a EE.UU. a buscar apoyo para continuar la guerra de independencia, el Cónsul Poinsett lo recibió en su casa en Baltimore. Allí, Carrera participó en la Iglesia Presbiteriana donde Poinssett era Anciano Gobernante. Cuando Carrera enfrento el pelotón de fusilamiento en Mendoza, se negó a besar el crucifijo, indicando “A Cristo lo llevo en el corazón y no en los labios”.

Durante los años siguientes, se hicieron presentes diplomáticos, militares y comerciantes, que por su paso dejaron una huella evangélica por medio de conversaciones, entrega de literatura y un ejemplo de vida cristiana. Los lideres independentistas tomaron contacto con educadores cristianos que pudieran apoyar el desarrollo social chileno, así fue como Bernardo O”Higgins tomo contacto con el ciudadano escoses y pastor bautista Diego Thomson, para que ayudara a instaurar el sistema de educación Lancaster.

El pastor Thomson era también agente de las sociedades bíblicas, y como tal, a contar de mayo 1821 recién llegado a Chile, se dedico a trabajar como educador y como colportor distribuyendo biblias en donde tenia ocasión, promoviendo su lectura y enseñanza. Esto es un hecho muy trascendente, ya que en esa época el estudio de Las Escrituras estaba vetado por la iglesia católica y las que se encontraron fueron quemadas.

No existían misioneros formales, ni pastores ni iglesias asentadas en el país, el contacto con el evangelio continuaba siendo por medio de navegantes y hombres de negocio extranjeros de paso en puertos como Valparaíso. Entre estos, se destaca especialmente William Wheelwright y su hermano Isaac. William, fija su residencia en Valparaíso en 1829, destacando como diplomático, comerciante e industrial. A él, se deben importantes obras de ingeniería, como el primer alumbrado publico en Valparaíso, el primer ferrocarril en Sudamérica, la explotación de carbón en Lota y varias otras más. Era un hombre de profunda convicción cristiana, que considero su deber “enseñar el cristianismo” llevo una vida ejemplar. Fue promotor y financista, de la Sociedad Bíblica Americana y de la traducción de la Biblia al español, su casa se utilizo como bodega para guardar Biblias.

Llegada de los primeros pastores

En 1825 en Valparaíso, hay informes que Thomas Kendall empleado como capellán del Consulado Británico, dirigió cultos en ingles, bajo el ritual anglicano, a bordo de buques y dependencias del consulado. El clero católico no objeto estos servicios, hasta que mujeres chilenas casadas con extranjeros pretendieron acompañar a sus maridos a estos cultos. Los hijos de estos solo podían ser bautizados católicos.

Recién en 1835 se permitió el ingreso y asentamiento en Chile, del pastor anglicano Rev. John Rowland, a quien se permitió realizar cultos en inglés a marineros ingleses de paso en Valparaíso y a los extranjeros residentes y sus hijos. Existía prohibición de culto público y predicación en español, pero pese a las restricciones el pastor Rowland comenzó a enseñar y bautizar en secreto no solo a extranjeros residentes sino a los propios criollos. Años mas tarde esto serviría de base a la primera congregación anglicana en Valparaíso.

En esos mismos años (1838) se destaca el esfuerzo misionero del capitán inglés Allan Gardiner, quien abandonándolo todo se dedico a la evangelización del pueblo Mapuche, cuando estos aun no eran sometidos a dominio Chileno. Muere en 1851 mientras intentaba de evangelizar a los yaganes, como naufrago en una isla desierta junto a otros misioneros, todos murieron de hambre. Esta labor, la continúo su hijo quien luego se asienta en la ciudad de Lota donde continúa la labor de evangelización.

En 1845 hace arribo a Valparaíso el Dr. David Trumbull, pastor de una iglesia congregacionalista de los EE.UU. Poseedor de una formación académica de excelencia, no tardo en tener acogida en ámbitos intelectuales y político liberales, fue escritor prolífico y entusiasta propagador del evangelio. En 1861 funda la Sociedad Bíblica de Valparaíso junto al misionero Ricardo Garfield. El año 1862 comienza a publicar “La Piedra” primer periódico evangélico de Chile.

El 20 de septiembre de 1868 se dedica el primer templo evangélico en Santiago, con permiso de cultos públicos. Para atender las necesidades de esta congregación en noviembre de 1871 fue ordenado pastor, por David Trumbull, el Hno. José Manuel Ibáñez, quien se constituye en el primer pastor de origen chileno y a su vez el primer hispano hablante de toda América. Para ese año, había ya varios obreros y pastores extranjeros trabajando los entonces áridos campos de Santiago, La Serena y Concepción, pero los nuevos convertidos eran muy pocos.

Otro tanto acontecía en el sur de Chile, con la llegada de colonos alemanes que llegaban a avecindarse en las zonas de Osorno y Valdivia, principalmente de confesión luterana y bautista, es así como en 1863 en Osorno nace la primera congregación luterana en Chile, su primer pastor fue el alemán Alfredo Tyska.

La Ley Interpretativa

Un hito importante ocurre en 1865 cuando el Congreso chileno aprueba la llamada "Ley Interpretativa" que permite el culto privado de la fe evangélica, y la fundación de sus propios colegios a los "disidentes". En la promulgación y aprobación de esta ley tuvo gran influencia el tesonero trabajo intelectual del pastor David Trumbull, quien logro que varios congresistas católicos y libre pensadores, hicieran suya la causa evangélica. Apoyados en esta ley, se realizo “oficialmente” en 1868 el primer culto evangélico en castellano en Valparaíso en forma publica presidido por el pastor David Trumbull

La promulgación de esta ley, abrió las puertas a la llegada de otros misioneros, y como la ley permitía a los disidentes tener sus propios colegios, la creación de estos se transformo en una plataforma misionera importante.

En 1877 el obispo Metodista William Taylor, da inicio a la obra misionera de auto-sostenimiento fundando 3 colegios, Iquique College, Santiago College y Concepción College. En 1891 es acogido en seno del metodismo Juan Bautista Canut de Bon, por su causa, hasta hoy se llama a los evangélicos “canutos”.

JUAN BAUTISTA CANUT DE BON

Nació en España, el 1 de octubre de 1846, en la ciudad española de Valencia, fue el menor de 5 hermanos. A los 18 años ingresó a la Compañía de Jesús en Balaguer, cerca de Lérida, donde aprendió el oficio de sastre. Enviado a América, paso por Argentina, donde se dice aprendió la Homeopatía por lo que en algunas ocasiones se refiere como doctor. Su destino final fue Valparaíso, donde al entrar en conflicto con sus superiores se retiró abruptamente de la Compañía de Jesús, el 30 de abril de 1871. Sin embargo no abandono plenamente sus convicciones de fe católica.

Recorrió las ciudades de la región buscando su mantenimiento, hasta que se radico en Los Andes dedicándose a la sastrería y venta de telas en San Felipe. En Los Andes, contrajo matrimonio el 5 de agosto de 1872 con la señorita Virginia Robles Aguilar.

Su alejamiento final del catolicismo, esta dado por un hecho virtuoso ocurrido en la estación de trenes de Quillota, donde a fines de 1877 encuentra un Nuevo Testamento olvidado o dejado ahí a propósito. Nunca más volvió a ser el mismo después de este día. Tiempo después, tomo contacto con el misionero presbiteriano pastor Robert MacLean, quien lo recomendó a la Junta Misionera quien le aprueba como predicador bajo el amparo de la iglesia presbiteriana. Comenzó su predicación enérgica en las ciudades de San Felipe y Los Andes, fue el primer predicador que llevo la predicación a las calles, confrontando directamente las enseñanzas católicas con la Palabra de Dios, lo que genero una fuerte oposición de las autoridades y el catolicismo.

Como una forma de aquietar las aguas, se le solicito mayor sutileza y fue enviado como ayudante del Rev. Julius Christen a Santiago. Allí abrieron una capilla en la misma casa de Canut de Bon donde asistían unas 40 personas. Luego fue enviado a Concepción con sus antiguos amigos Eneas y Roberto Mac-Lean. En Concepción, el estilo directo y confrontacional de Canut de Bon, genera una seguidilla de problemas al interior de la iglesia quienes finalmente le retiran la licencia de predicador en marzo de 1881 para evitar problemas en su relación con la sociedad rígidamente católica de la época.

Según algunos historiadores católicos, intento volver al catolicismo, lo que es difícil de aceptar después de haber sostenido fuertes confrontaciones con sacerdotes lo que finalmente le hizo perder el apoyo de la misión presbiteriana. Pero los más fecundos años de su ministerio estaban aun por venir. En su permanencia en Los Andes había tenido ocasión de conocer al Obispo metodista William Taylor, quien visito esa ciudad en 1878, por lo que viendo perdidas las esperanzas que la misión presbiteriana le renovara la licencia de predicador, solicito el ingreso a la iglesia metodista, donde después de un breve paso por Santiago donde apoyo al pastor La Fetra, director del Santiago Collage, fue destinado a la cuarta región como pastor de La Serena en 1890, el modo directo y confrontacional del Pastor Canut fue asumido por los metodistas sin mayores problemas, pero el impacto que su presencia genero en la ciudad fue enorme, el mismo lo indica en sus cartas al pastor La Fetra: “Por la mañana salgo todos los días a las 6:00 A.M. y hablo con todos los que encuentro en la calle, […] y entro en todas las casas que puedo a leer la palabra de Dios y a exhortar” (17 de Febrero de 1890).

“Ahora algunas veces salgo acompañado de algunos para tener una misión más útil hablo en voz alta como explicando al que tengo a mi lado algunos vienen atrás de mi oyéndome a veces una cuadra, de modo que ahora predico por las calles también, Gloria a Dios!!!” (28 de Mayo de 1890).
“Todos los días no se oye otra cosa más que gritos, insultos, mofas, etc. El grito más sonoro es ‘canuto ladrón, asesino masón, barbas de león’, ‘lobo renegado’, y palabras deshonestas inmorales. Yo paso sereno con mi sonrisa y a veces me hacen reír y correspondo con el saludo de mi sombrero. Las señoritas me escupen cuando paso. Algunas, al pasar yo, sacan el cajón de la basura y lo ponen por delante. En todas las calles hay en las paredes mi nombre con apodos, en gran escala le ponen a los perros, a los caballos, burros, bueyes, canuto y a todos los que asisten a nuestra iglesia los llaman canutos y a las mujeres las canutas” (Carta a La Fetra, 16 de Mayo de 1890).

Fue en La Serena donde a los evangélicos chilenos se llamo por primera vez “canutos”.La oposición a su predicación al aire libre se manifestó por todos los medios, en un periódico 60 señoras católicas, presentaron la siguiente declaración “Las abajo suscritas, llevadas de nuestro deseo de combatir por los medios que estén a nuestro alcance la inicua propaganda que el sectario Juan B. Canut y sus favorecedores que tienen el atrevimiento de hacer en nuestra católica ciudad, y sabiendo que entre estos últimos se encuentran algunos comerciantes de esta plaza, nos comprometemos formalmente a no favorecer con nuestras compras a dichos comerciantes de todas perfectamente conocidos, debiendo acudir todas a las tiendas de comerciantes católicos o de protestantes honrados que no hieran nuestros sentimientos religiosos con manifestaciones contrarias a nuestras creencias”.

Esto lleva al pastor a presentar adecuada defensa y explicar su parecer, de su defensa se extrae lo siguiente: “No pensaba contestar nada de lo que se habla en mi contra, pero cumplo con mi deber cristiano. […] Mi primera contestación es que como discípulo de Jesucristo que soy perdono de todo corazón a los que me persiguen y calumnian ocupándose de mí, pues si a mi maestro Jesús calumniaron, persiguieron, maltrataron y le dieron muerte, el discípulo no puede esperar otra cosa. […] Lo que yo trato en mis predicaciones es el Evangelio de nuestro señor Jesucristo, poniendo al salvador delante de los hombres para que se arrepientan de sus pecados y dejando la mala vida, los vicios, los crímenes, las mentiras, y cuanto es ofensa a Dios, para que busquen a Jesucristo con una nueva vida de verdaderos cristianos…”

Hacia 1893, el pastor Canut es trasladado a Concepción, con el propósito de realizar labor evangelística en todo el sur de Chile, lo que realiza con gran esfuerzo en toda la octava y novena región, realizando extensos viajes misioneros a las ciudades de Temuco, Nueva Imperial y Angol. En 1894 se extiende a Los Ángeles, Mulchén, Victoria y Traiguén. Donde no solo se ocupo de dejar nuevos convertidos, sino de llevar obreros que atendieran estas nacientes congregaciones.

Lamentablemente, este tenaz obrero de la viña del Señor, comenzó a ver declinada su salud, pese a su traslado a Santiago 1896 buscando un clima mas benigno que favoreciera su recuperación falleció tempranamente el 9 de Noviembre de 1896, teniendo apenas 50 años de edad. Su sepultura, se encuentra actualmente en el Patio de Disidentes Nº 1 del Cementerio General en Santiago. Su viuda, Virginia Robles Aguilar, permaneció como miembro activo de la Iglesia Metodista hasta su partida a la presencia del Señor en 1918.